Ojalá la vida fuese como en el porno

Abigail Pereira Aranha

Sería muy bueno si las cosas en la pornografía normal ocurriesen en la vida real (sólo fuera que la pornografía tenía que tener más hombres hermosos). Y antes de deciren que estoy en necesidad, ya follo suficiente, y no tengo la frescura de una pareja estable. Para los que me sugieren para una ducha de agua fría, le sugiero una buen cogida, los hombres con una mujer encantadora que le gusta el sexo o una buena prostituta, las mujeres con el gatito sexy y tierno cercano.

Un grupo de compañeros de clase van a estudiar y ellos follan para relajarse. Un chico folla la madre de su amigo. Un hombre tiene relaciones sexuales con una mujer casada con su marido lo permitindo. El repartidor de pizza folla a su cliente. Una mujer conoce un gatito en la calle, a ella le gusta y ellos follan. Con prudencia, con respeto y con el hombre y la mujer interesados en dar placer el uno al otro, el sexo es una delicia.

Sexo en el autobús. Sexo en la furgoneta. Sexo en el lugar de trabajo. Sexo en la escuela. Sexo en el baño. Sexo en el campo. Sexo en la playa. Sexo en la fiesta. Sexo en la calle. Viva el sexo.

Un hombre con más de una mujer. Una mujer con más de un hombre. Grasas tenendo relaciones sexuales. Señoras mayores tenendo relaciones sexuales (¿por qué no?). Viva el sexo.

¿Enfermedades? ¿Embarazo no deseado? Nada de lo que no se puede prevenir. Decir que el sexo da el embarazo y la enfermedad sólo porque fue fuera del matrimonio es una cosa de devotos que están insatisfechos sexualmente con miedo de la ira del Padre en el Cielo.

Que bueno sería si hemos sido capaces de tener sexo a voluntad sin sermos descubiertos por una persona frustrada e sexualmente insatisfecha e ir a la estación de policía, perder nuestros puestos de trabajo, sermos golpeados o algo así. Todo sólo alegría.

Pero, por desgracia, fuera algunas prostitutas que ofrecen sexo con calidad y las pocas mujeres sexualmente libres, las mujeres son moralistas (aunque no siempre devotas), malas en la cama, que apenas hacen con su esposo o pareja estable un sexo aburrido y escaso a mala voluntad. Ellas no piensan en el sexo porque es un pecado, ellas no hablan de sexo para que los demás no piensen mal de ellas (y también porque no les gusta el sexo) y apenas hablan con un hombre. Ellas prefieren utilizar el coño como un medio para lograr un marido o el sexo como moneda de cambio para conseguir algo, y hacer buen sexo, cuando lo hacen, con marginales y ricos.